Si estás familiarizado con la construcción, es posible que en alguna ocasión hayas escuchado hablar de la licitación obra pública. Sin embargo, lo más probable es que no tengas claro de qué se trata al 100%. Por ello, en esta entrada desde Finpulso vamos a explicaros qué es la licitación de obra pública. En líneas generales, podríamos definirla como el procedimiento administrativo para adquirir suministros, realizar servicios o ejecutar obras del sector público en España.
También se les puede llamar concursos públicos y su objetivo no es otro que el de ofrecer y asegurar la adquisición de bienes y servicios por parte del Estado. Los proveedores pueden ser pequeñas y medianas empresas, grandes empresas e incluso autónomos, siempre que se cumplan con las condiciones establecidas.
¿Cuáles son los tipos de licitaciones?
No todos los tipos de licitaciones son iguales, de hecho, existen grandes diferencias entre ellos. En España podemos hablar de dos tipos principales de licitaciones: las públicas y las privadas. A continuación repasaremos en qué consiste cada uno de ellos.
Licitaciones públicas
Se trata de contrataciones en las que una entidad estatal es la que realiza la convocatoria pública. Así, con igualdad de oportunidades, los interesados pueden presentar ofertas para intentar hacerse con el contrato.
Licitaciones privadas
Por otra parte están las licitaciones privadas, que consisten en un proceso similar al de las licitaciones públicas pero no están abiertas a todas las empresas. De hecho, no se hace un anuncio público y solo se cuenta con un número reducido de empresas. Normalmente estas licitaciones se hacen en casos de urgencia o para adjudicar licitaciones que han quedado sin ofertantes.
Ley de contratos del Sector Público de España
Llegados a este punto, para continuar hablando sobre licitación obra pública es interesante mencionar la Ley de contratos del Sector Público (LCSP) de España, que define tres modalidades de licitaciones. Podemos encontrarlas en función a su objetivo, a su régimen jurídico de derecho comunitario y a su régimen jurídico de derecho administrativo o privado.
En función de su objetivo
- Contratos típicos: aquí encontramos a todos los contratos de obras denominados por la Ley. Estos son los contratos de obras, concesiones de obras, concesiones de servicios y de suministro.
- Contratos mixtos: estos consisten en la fusión de varios contratos de diferente clase complementarios o vinculados entre ellos.
- Contratos especiales: por último encontramos contratos que, con un objetivo distinto a los contratos típicos, también satisfacen directamente a una finalidad pública.
En función de su régimen jurídico de derecho comunitario
- Contratos sujetos a regulación armonizada: estos contratos están sometidos a directrices europeas en función de la entidad contratante y de otros aspectos como el tipo de contrato y su cuantía. Estas cuantías pueden ser iguales o superiores a 5.350.000 euros para contratos de obras y de cantidades iguales o superiores a 214.000 euros en contratos de suministros y servicios.
- Contratos no sujetos a regulación armonizada: este tipo de contratos no están regulados por el derecho comunitario a nivel de cuantía u objetivo. Eso sí, sí que deben cumplir con todas las condiciones del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea.
En función de su régimen jurídico de derecho administrativo o privado
- Contratos administrativos: estos contratos se rigen por la LCSP y sus disposiciones de desarrollo. De este modo, se ven afectados por normas de derecho administrativo o, en su defecto, de derecho privado.
- Contratos privados: a estos contratos se les aplican los Libros I y II de la LCSP.
Mitos vs Realidades
Si continuamos hablando sobre licitación de obra pública, es importante desmitificar todas las falsas creencias que hay a su alrededor. Lo cierto es que en ocasiones el sector público puede resultar algo confuso y complejo, lo que provoca que se den por ciertas algunas afirmaciones que, en realidad, no son correctas. Y para dejarlo todo lo más claro posible, vamos a repasar algunos de esos mitos y explicar si son reales o no.
Los contratos públicos sólo para las grandes empresas
En muchas ocasiones habrás escuchado que la licitación de obra pública solo es para las empresas de mayor tamaño. Sin embargo, según un estudio de la Unión Europea las medianas y pequeñas empresas se hicieron con un total del 53% de las compras públicas y representan casi dos tercios del empleo total del sector, alcanzando un 65%. Por lo que se trata de una afirmación que no se ajusta a la realidad, ya que los contratos públicos suelen acabar con mayor frecuencia en las pymes.
Para ganar hay que ofrecer el precio más bajo
El precio no lo es todo en la licitación obra pública, aunque normalmente se crea que el que ofrezca un precio más competitivo será el que se lleve el gato al agua. Lo cierto es que entran en juego muchas otras cuestiones, como la calidad del servicio realizado. De hecho, desde 2018 se introdujeron nuevos criterios para llevar a cabo estas elecciones, unos criterios que se pueden evaluar y que miden la calidad técnica de la propuesta de obra, servicio o suministro.
El ganador está decidido antes de la licitación
Otro mito tiene que ver con la creencia popular de que este tipo de obras se adjudican a dedo, quedando el ganador designado incluso antes de la licitación. Sin embargo, esto no es así. Es importante que al presentar nuestra oferta mostremos que ofrecemos la mejor solución al problema que buscan resolver, de modo que nuestra empresa sea tenida en cuenta.
La oportunidad
Llegados a este punto, habiendo repasado toda la información necesaria sobre licitación obra pública, podemos afirmar que justo ahora es un gran momento para que las pequeñas y medianas empresas se lancen a por este tipo de licitaciones. De hecho, a pesar de que son muchos los que ni siquiera lo intentan al creer que no tienen opciones, los datos de la Unión Europea reflejan todo lo contrario. La mayoría de las licitaciones de obra pública van a parar a pymes y la próxima podría ser la tuya.